miércoles, septiembre 07, 2011

Mandanga de la Buena I

DEUS EX: HUMAN REVOLUTION.



Tengo una fijación con el transhumanismo. De jovencito Robocop, Terminator y hasta Johnny Mnemonic me dejaron tocado. En el complejo género del cyberpunk hay quien lo define como la fusión de la carne y el metal. Pamplinas. Eso no pasa de ser un aliciente más o menos macarra. Es abrir un nuevo e inmediato horizonte en la evolución humana mediante el silicio.

A día de hoy era impensable que una desarrolladora como Eidos sacase una precuela de su Deus Ex. El mundo del videojuego es como el del cine: el productor no arriesga, no innova. Quiere sacar quinientos por cada cien que él meta, sin piruetas, sobre seguro.

Deus Ex: Human Revolution, como precuela del modesto título que la propia Eidos sacó -sin pena ni gloria, pero referencia de culto años después- en 2000, es un remozado de un concepto de videojuego arriesgado. No se limita a pasillos y blancos móviles en pretenciosos y carísimos entornos gráficos. DE:HR es un magnífico thriller filosófico envuelto en un desarrollo técnico cuidado y acabado con cariño.

Me bastaron quince minutos para darme cuenta de que es soberbio. Quizá me gustó más el sistema del original, el cómo el desarrollo de tu personaje realmente abría y cerraba opciones en la propia trama. En DE:HR puedes desarrollar todas tus opciones -unas no excluyen a otras-, y tan sólo has de decidir cuál desarollar primero. Como juego en sí, además, es un poquitín fácil, pero eso no lo hace peor; teniendo en cuenta que el propio juego premia el evitar el enfrentamiento directo y el ser creativo al resolver los problemas, hasta el punto de que puedes terminarlo sin pegar un sólo tiro (salvo por los "final boss"), no es necesariamente un inconveniente.

No quiero aburrir con el tema técnico, sobre todo porque es el que a mí me gusta (más diseño y menos requerimientos, complejidad sobre complicación, opciones, sonido y música, todo fluído y espectacular). Lo realmente destacable es la atmósfera que han conseguido y la historia que el juego te cuenta. Es como ése libro que te roba horas de sueño sin que ni si quiera te des cuenta. Magnífico.

Mención también a los estupendos -aunque poco efectivos- virales que sacaron hace meses.



viernes, agosto 26, 2011

Kandinskysprites IV

Para mi siguiente truco necesitaré un muro en Berlín, un oligarca ruso, un demócrara de toda la vida, doce millones de prostitutas, un donante de sangre chino con SIDA, una vodachka búlgara, un afghanzy con acciones de Bankia, una multinacional de telecomunicaciones, un actor de Western, tres imbéciles, un David Beckham, mucha policía y a Enrique de Diego planchando un jersey lleno de pelotillas.

Lo he llamado "Techo de gasto". O "La exnovia II". Elegid el que más risa os haga, lógicamente....

martes, agosto 23, 2011

There is a house in New Orleans.

El otro día sin comerlo ni beberlo me vi en medio de un huracán twitero sobre música con mi muy querido y admirado @arredo (recomendadísimo, añadanlo a su TL si quieren llegar a algo en esta vida). Vírgen santísima qué vacío existencial tenemos en cuanto a lo que define o no lo comercial. ¿Qué es comercial? ¿Para qué sirve lo comercial? ¿Lo comercial puede ser bueno o malo? ¿Está lo comercial atrapado en el limbo de lo divertido o lo aburrido? No tengo ni idea, buenas gentes; pero yo saqué en claro dos cosas.
La primera es que Kurt Cobain me negó (también) el placer de darle muerte con mis propias manos desnudas. La segunda necesita algunas palabras más.

Nadie sabe quién compuso el tema "House of the Rising Sun", pero ha formado parte del folclore sureño americano durante muchos años. En el tema original la letra trataba sobre la prostitución, los peligros de la mala vida, casi una advertencia cantada de mujer a mujer. Algo como muy serio y tal.
En 1964, un tiempo en el que los solos se hacían con el organillo y no con la guitarra, llegaron unos gambiteros llamados "the Animals" e hicieron su versión. En ella cambiaban partes de la letra original y finalmente lo sintetizaban todo en un simple "¡estoy hecho un golfo!". ¿Poco virtuoso? ¿Comercial? ¿Irreverente con la original? Ni puta idea, amigos. Yo sólo sé que la versión que "the Animals" hicieron del tema entraría en muchas de mis listas top si fuese tan gilipollas como el personaje de John Cusak, y que la original se puede ir a zurrir mierdas con un látigo.

viernes, agosto 19, 2011

Kandinskysprites III

Hoy he salido de trabajar a las 22:00. He subido andando hasta la estación de metro de Suances. He sacado un billete sencillo. Humilde, incluso. He bajado al andén. He esperado 13 minutos, porque Esperanza Aguirre ha decidido reducir el servicio del transporte público en verano, en proporción al coste de mi humilde billete. Los átomos de hidrógeno sólo pueden fusionarse en átomos de helio en dos lugares del universo: el interior de una estrella y la línea 5 del metro de Madrid en Agosto. Me duermo con el traqueteo del tren. En Ventas me despiertan gritos desesperados. Son cristofrikis desbordando los andenes de la estación que, inevitablemente y por lo que viene siendo mecánica de fluídos, penetran en el tren en cuanto este abre sus puertas. Son gente amable y educada. Pero no dejan salir antes de entrar. Pero no dejan de gritar. Pero no dejan de frotar con énfasis sus mochilas y sus banderitas contra mi rostro. Pero no dejan pasar a la gente que quiere salir. Pero no son capaces de dejar los martillos de emergencia para la apertura de los cristales donde estaban. Pero huelen. Huelen mucho. Huelen de un modo insoportable a santa devoción. Salgo en Alonso Martínez usando mi imbatible golpe del "puño-patada" (todo el que haya jugado al Street-Fighter sabrá que es imposible cubrirse por arriba y por abajo a la vez) combinado con "coditos de furia celestial", porque si no aquí me quedo hasta llegar a la Casa de Campo. Hago el transbordo a la línea 10. El letrero dice que el próximo tren pasará en 9 minutos. Entran cristofrikis. Entran muchos cristofrikis. El andén está peligrosamente lleno de cristofrikis. Me aplastan, literalmente, contra el fondo del andén. Empiezo a ver en blanco y negro y se me duerme el brazo izquierdo (no, no es un ataque al corazón, es un ataque al sentido común).Llega el tren. Los cristofrikis se derraman hacia su interior hasta coparlo, formando en su interior un perfecto tetris humano. El tren cierra sus puertas. Los cristofrikis/tetris se despiden entre risas de los cristofrikis que han quedado en el andén y de mí. Los cristofrikis dejados en el andén responden alegres igualmente agitando pañuelos y riéndo como imbéciles. El letrero señala que el próximo tren pasará en 12 minutos. El andén está medio lleno y siguen entrando en tropel, como una versión subnormalizada del agente Smith de matrix. Huyo a contracorriente. Lucho por respirar. Todas las escaleras mecánicas están apagadas o fuera de cobertura. Al llegar arriba, veo que un operario de metro y varios agentes de seguridad ha abierto un acceso y están haciéndo que los miles de cristofrikis que bajan de la superficie terrestre fluyan hacia las entrañas de la tierra al grito de "free entrance!". Estoy demasiado cansado para enfadarme por haber pagado mi billete sencillo y haber tenido que renunciar a él para salvar la vida mientras esta horda de invasores extranjeros toman nuestras infraestructuras públicas al asalto con la complicidad traidora de nuestros gobernantes. Una vez en la calle me sobreviene la epifanía. La experiencia religiosa. Y comienza mi largo andar hasta el hogar.

La tira de hoy se titula "decapitaré a vuestra puta madre, agarraré su cadáver de los tobillos y os inflaré a hostias con él en vuestra propia casa para después obligar a vuestro padre a copular con el perro mientras éste devora vuestros restos mezclados con lexatin y vidrio triturado".


jueves, agosto 18, 2011

Esta plaza es del Papa

Llevamos meses dejándonos el culo en esa plaza. Habrá quien diga que exagero, claro, así que buscaré el mínimo común denominador y lo dejaremos en que somos miles de españoles los que hemos perdido mucho tiempo en poder denunciar la situación de secuestro por la que La Casta nos está haciendo pasar. Que habrá quien no esté de acuerdo, faltaría más, pero que la "Spanish Revolution" es ya casi una franquicia internacional.

Nos hemos dejado el culo, decía, para ver hoy a un grupo de jóvenes, en gran parte extranjeros, y todos con lo que vamos a denominar elegantemente "tutelaje pastoral", recibirnos en esa misma plaza al grito de "esta plaza es del Papa". Si bien podría seguir pormenorizando su actitud, dejo que todos veáis en la prensa a algún "artivista" indicando a esos pobres muchachos que no era necesario rezar por nuestras maltrechas almas en aquel asfalto tan sucio, que nos hemos dejado una riñonada en ponerles unos confesionarios monísimos en el Real parque del buen Retiro, lejos de nuestra herética y disonante presencia.

"Esta plaza es del Papa", repitieron impertérritos, desafiantes ante su destino ineludible como evangelizadores ante los bárbaros nativos. Esto es así y así nos lo han transmitido a los miles de españoles que estábamos allí ese grupo de críos guiris. Lo han hecho en nuestra plaza. La plaza donde muchos llevamos meses pelándonos el culo, levantando, cuidando, limpiando... Este dirigente extranjero al que pagan (así, a lo ambigüo, para evitar ramificar el objeto de este texto) por una cierta performance litúrgica para el blanqueo de almas que tampoco voy a analizar porque no viene al caso, que se pasa los protocolos a los que cualquier otro mandatario debería respeto para con nuestro Estado Soberano Popular por el forro de la sotana, sin comerlo ni beberlo ya nos ha conquistado la plaza y el fortín. Caramba, que hasta Fernando VII y los Cien Mil Hijos de San Luis rompieron más huevos para hacer una tortilla.

Y sí, todo esto dejará riqueza en España. Especialmente en el McDonalds (que es de lo que parecen alimentarse todos estos muchachitos, ignorando el producto nacional que fácilmente se encuentra en cada mesón de esta Villa), y en forma de exención fiscal en las inmediaciones del señor Botín, este personaje que se ha caracetrizado por financiar las campañas electorales de ciertos políticos y recibir opulentos movimientos de salvamento financiero mientras él nos compra nuestra propia deuda a tipos de interés mayores de lo que le cuesta nuestro propio dinero (está visto que al fútbol y a tontos, no nos gana nadie).

Y quizá hasta me esté pasando si insinúo intención apátrida y sedición, pero después de haber visto a nuestras fuerzas de seguridad desalojar a los miles de contribuyentes españoles que se encontraban nuevamente en la plaza que creíamos nuestra, para otorgar paso franco a las divinas tropas extranjeras de ocupación, desde el KFC hasta sus barracones públicos asignados... No sé, yo no soy un experto en sentimientos nacionales, bien lo sabéis, pero es que corean los venidos de fuera que esta plaza es del dirigente en funciones de una teocracia extranjera. En nuestra cara.
Y todo parece indicar que así es...

*Texto homenaje a un hombre excepcional y a su locura.

martes, agosto 16, 2011

Perdidito estoy

Aprovechando que están al caer las elecciones del 22 de Mayo os voy a contar cómo están las cosas (sí, vengo del futuro y en vez de Neutrex os traigo sentido del humor sardónico, absurdo y rarito). Si Pablo Iglesias levantara la cabeza, primero sería de un mal rollo que te cagas, y segundo se marcaría una escena a lo Commando en Ferraz. Creo que esto es evidente.

Yo, y creo que la gran mayoría, hemos de agradecerle cosas a José Luis Rodríguez Zapatero. Cosas como la ley de matrimonio homosexual o la ley de dependencia. Y son cosas que, dada la coyuntura de los tiempos,me da a mí que no se las va a agradecer nadie nunca. Porque Zapatero la ha cagao big time y, como dice una mujer a la que admiro en más de uno y dos sentidos, nos la ha metido floja y sin avisar.

Personalmente soy de los que están dispuestos a asumir pérdidas por mantenerme fiel a unos ideales. No es que no me importe, pero estoy dispuesto a que caigan bancos y mercados si con ello consigo ser la prueba histórica de que no podemos dejar que los lobos vigilen el rebaño, y los que vengan detrás impidan que éstos vuelvan a hacer de las suyas, asumiendo mi testimonio como prueba irrefutable. Y también entiendo que no todo el mundo esté dispuesto a esto; y que alguien que gobierna por y para un país tampoco lo esté.

Años de superávit tuvimos. Migajas sobrantes de haber vendido hasta el riñón primero, y correr a galope del ladrillo después. Mejor aún que el Estado Español estaban los consejos de dirección del IBEX, por supuesto, pero esto es otra historia. Años de superávit, decía, en los que quienes buscábamos irnos de casa de nuestros santos padres seguíamos viendo clarísimamente que aquello no era normal, y que tarde o temprano se iba a ir todo a la mierda. Años de superávit, en definitiva, en los que no se hizo nada (que para estar hablando de reformas y política tampoco está tan mal, visto lo visto), a parte de la ocurrencia de regalar 600€ a todo el mundo en víspera de elecciones.

Crísis o desaceleración económica, jueguen a llamarlo como quieran. Situación excepcional que llegó en 2008 según se dice. Situación habitual en la que vivimos los trabajadores cualificados de este país desde hace ya demasiado, con la salvedad de que ahora los latigazos ya sólo los recibimos los privilegiados que hemos podido conservar el puesto.

Ahora bien, ¿por qué le va a caer una sabanita de hostias al PSOE que no van a saber ni quién es su puta madre en las elecciones autonómicas? Primeramente, porque hay un grupo muy importante de la ciudadanía progresista y de izquierdas con un sentido crítico que tan sólo se puede ver superado por la necesidad del voto útil... única y exclusivamente cuando la alternativa al PP no es el PP con otras siglas. Y por supuesto que exagero: con esto y con todo gran trecho le queda al PSOE para convertirse en PP, pero cierto es también que buen trecho llevan caminado para haber dejado atrás hace ya tiempo lo de ser socialista y obrero.

Me creo que sea una medida oportuna el recortar un 5% el salario a los funcionarios.
Oportuna siempre que antes se hayan bajado el sueldo ediles, concejales, senadores, diputados, y demás integrantes de La Casta.

Me creo que sea una medida oportuna el hacer una reforma laboral.
Oportuna siempre que antes se hayan intentado recuperar de algún modo todos o parte de los más de SETENTA MIL MILLONES DE EUROS anuales que se estiman evadidos en España cada año, que se sabe quién los evade, y de los que no se ha querido encautar ni un sólo céntimo, (e incluso Suiza se ha ofrecido a colaborar para ello).

Me creo que sea oportuno recortar el gasto en servicios sociales y prestaciones públicas, tales como hospitales, tejido educativo o transporte público.
Oportuno siempre que hagamos cumplir la constitución y obliguemos a la iglesia a autofinanciarse, y no a darle más de NUEVE MIL MILLONES DE EUROS anuales (de esos 9000, 3 van para Cáritas, sí) al margen del pico que les pueda caer por las famosas casillitas de la declaración de la renta (algo más de los 3 que van para Cáritas, sí). Amén de sus propiedades, inversiones, y exenciones fiscales (0%).

Me creo que sea oportuno subir el IVA al 18%.
Oportuno siempre que de una puta vez se le clave más de un mísero 1% a las SICAV de las grandes fortunas por temor a que se vayan a tributar a otra parte (mucho pedir sería también un acuerdo a nivel europeo, claro está).

Y con sólo cuatro puntos os podéis ir haciendo una idea, porque podríamos sacar más. Vendrá el desastre en las urnas. Y a las políticas del PP, esas a las que por miedo solemos votaros a vosotros, les habréis hecho la peor parte del trabajo sucio. Lejos de reconocerlo (porque, al fin y al cabo, La Casta es La Casta, ya puede ser azul o colorá) vendréis con discursos de búsqueda de reconciliación con las bases.

Y a las bases yo no sé qué decirles, porque no sé ni lo que voy a hacer yo. Hace ocho años cuando el PP se fue a la oposición nos dejaron a todos en shock. El panorama político y mediático de este país cambió "radicalmente", y estuvimos saturados bajo un fuego de artillería constante desde el minuto cero entre manifestaciones de la AVT, foros de la familia, conspiraciones imbéciles, delirios xenófobos y aberraciones en general, con la salvedad de que nos tienen tan aburridos que ya a penas somos conscientes. Yo bien que lo siento por Ana Pastor, pero es que el PSOE nos ha dejado vendidos a esta derecha terrorista (terrorismo. 1. m. Dominación por el terror) que nos ha tocado vivir, y el esmegma social que la sustenta.

PSOE, bien haríais en empezar a pensar realmente qué sois y a dónde vais. Os sigo prefiriendo al PP, pero no si sólo os vais a dedicar a servirles de cabeza de playa. Y hay otras opciones.

Por supuesto estoy más que dispuesto a que algún comentarista con más visión que yo me saque de mi error, en caso de estarlo, y me explique por qué debería volver a votar a estos señores...

(Si esperabais que hablase de las JMJ, haceros una cuenta en twitter, coñoya).

viernes, agosto 05, 2011

Kandinskysprites II

Muy a colación con el anterior post (gilipollez que me consumió el esfuerzo de buscar subtítulos para las víctimas de la E.S.O.), he estado trasteando un poco con los lápices para arrancaros otra carcajada (ya a penas me salgo coloreando). La tira de hoy tiene dos nombres: "Ratzinger rises" o "la ex-novia". Elegid el que más risa os haga, lógicamente...

viernes, julio 29, 2011

Kandinskysprites I

Harto de mi mediocridad, doy oficialmente el salto al mundo de la viñeta en esta nueva sección que intentaré actualizar los viernes.
Es posible que los dibujos no sean muy allá, pero es que lo mío es más la furia argumental. A ver. Que es posible que aún no estés preparados, así en general, como civilización y como especie. Pero esto es como cuando a Picasso le recriminaban que la del retrato no se parecía a la de verdad, y él contestaba "¡pero ya se parecerá!".
Pues eso...

domingo, julio 24, 2011

Exsurge Domine


Sería retorcido decir que lo de Noruega ha sido el resultado del fútbol, de la violencia de los dibujos animados japoneses, de los juegos de rol, de las videoconsolas, de la política, o incluso de la propia religión. Jamás se me ocurriría asociar torticeramente religión, política y violencia. No. Nunca. Jamás ha pasado y jamás pasará.

Una mala persona encuentra sus justificaciones arropándose con lo que más a mano tenga, y el fanatismo ha sido siempre una fuente profusa de estudio en el campo de la psiquiatría. Bien es cierto que en los sujetos que protagonizan estas tragedias siempre se atisba un cierto punto de desesperación. La pobreza y el fundamentalismo son un caldo de cultivo ideal, pero no era el caso de este muchacho. Y aunque tampoco lo era en el de los asesinos de Columbine, por ejemplo, éste último no se ha quitado la vida después de su aparente locura, denotando un cierto estado de lucidez, plena consciencia y premeditación que son ciertamente excepcionales en un suceso como el que él ha protagonizado.

En su declaración a la Policía, el detenido dijo que la masacre que ha perpetrado era "cruel, pero necesaria", según ha contado a los medios de comunicación su abogado defensor, Geir Lippestad, especializado en defender a famosos neonazis.

"El explicó la seriedad del asunto, la increíble amplitud de heridos y muertos. Su reacción fue asumir que era cruel ejecutar esos asesinatos, pero en su opinión esto era necesario", apuntó Lippestad.

Agregó que Behring no negó nada de lo que hizo y se prestó a colaborar con la investigación, "aportar evidencias", así como el móvil que le llevó a perpetrar la masacre. Sobre la preparación del doble ataque, el abogado afirmó que el detenido planeó "durante muchos años" cómo ejecutar su matanza.
(Extraído de 20minutos.es)

Hay muchas cosas que yo no me explico en lo que he podido leer, como el hecho de que quinientos adolescentes puedan irse de acampada a una isla donde no hay un sólo agente de policía/bomberos/forestal/militar/lo que sea (espero que al menos tuviesen una máquina de condones). Pero cualquiera se fía de la prensa patria, y cualquiera intenta comprender lo que pasa por las cabezas de esos civilizados y prósperos escandinavos, referente del socialismo moderno y el estado del bienestar para todo el mundo.

En fin, que no voy a desvelar la subtrama del suceso en este post, ni mucho menos hacer un análisis psicológico del sujeto en menos de 140 caracteres como han estado haciendo muchos ilustrísimos periodistas estos dos últimos días (ole vuestra polla morena). Sobre todo porque soy una víctima de la información que ellos mismos son responsables de darme.

Pero, en el contexto de profundo odio en que nos obligan a vivir según qué medios, un dato saco en claro leyendo algunos fragmentos de los 1500 folios que redactó y envió al partido nacionalista finlandés, y viendo el vídeo que colgó en youtube: no tenemos nada que envidiarle. Es más, ni si quiera dice nada del día del orgullo gay.

Y ahí lo dejo.

miércoles, julio 06, 2011

Datos terríblemente inútiles que os harán mejores personas

Me vais a perdonar, pero con esto de las vacaciones hasta tengo ganas de escribir.

GPS
Seguro que la gran mayoría de los que seáis conductores tenéis un GPS. El sistema GPS es un proyecto militar del ejército estadounidense, que a medida que ha podido liberar recursos, se ha aplicado a la vida civil. El sistema en sí es bastante "sencillo": emites una señal de radio y los satélites del sistema GPS triangulan tu posición en relación a otro punto fijo previamente determinado. Y lo consigue con una precisión increíble. Pero esto no ha sido así siempre. El otro día os pegue una chapa terrible con la Relatividad General de Einstein, y pensando en el sistema de posicionamiento global encontré otro ejemplo de ese enunciado. La masa de la Tierra no genera la fuerza de la gravedad en sí, sino que distorsiona el contínuo espacio-tiempo, que se deforma a su paso, y a la vez el movimiento tanto de rotación del planeta como el de la órbita de los propios satélites afectan a la percepción del propio tiempo. De este modo, el tiempo en la superficie de la tierra (tu coche, tu tom-tom, el centro de coordinación de datos de la NASA) transcurre a un ritmo diferente al de la órbita de los satélites GPS. Si los relojes de los satélites no estuviesen programados para correr más despacio (infinitesimalmente, prácticamente despreciable, pero necesariamente preciso), el sistema sufriría un desajuste de entre diez y doce kilómetros diarios. Piensa en ello la próxima vez que vayas en coche: estarás experimentando de primera mano la relatividad general.

FOTÓN
El Sol es un enorme reactor de fusión nuclear contenido por su propia masa. Cuando un sistema solar se forma, consiste en un montón de polvo concentrandose poco a poco, cada vez más denso y, por las leyes de la termodinámica, rotando cada vez con más fuerza a medida que la presión aumenta. Cerca del centro del remolino de materia se concentra el polvo más denso que pudiese haber en las inmediaciones, por eso en nuestro sistema solar los cuatro planetas del interior son rocosos, y los cuatro exteriores gigantes gaseosos. En el núcleo llega un momento en el que se ha acumulado tanta materia que la temperatura se dispara por la propia presión, la fuerza nuclear de los átomos no resiste la presión, y comienza la fusión atómica. Así nació nuestro Sol. Sin embargo, desde que su núcleo comenzó el proceso de fusión, hasta que la ignición alcanzó las capas exteriores de la propia estrella, transcurrieron mil años. Cuando por fin la furia nuclear afloró y el Sol fue una estrella completa, la onda expansiva arrojó con furia todos los elementos superficiales que aún no habían sido capaces de aferrarse a los cientos de planetas emergentes (otras condensaciones de materia giratoria que poco a poco fueron cuajándose alrededor de la estrella, y que tras el paso de miles de años se desmenuzarán en una lucha salvaje entre ellos, descomponiéndose y uniéndose de nuevo, hasta que, transcurridos millones de años, se enfríen y acaben siendo los planetas y lunas que conocemos hoy). Del Sol se pueden enumerar muchas curiosidades, pero hay una que a mí me gusta especialmente: al igual que cuando nació, los fotones que se desprenden en la reacción nuclear en el interior de nuestro Sol, siguen tardando mil años en aflorar hasta la superficie, luchando contra otras partículas y fuerzas extremas, antes de poder liberarse e inciar su viaje infinito por el cosmos (o interactuar eléctricamente con nuestros ojos a los ocho minutos de viaje).

MARTE
Es casi recursivo que en la ciencia ficción nos pinten un Marte "terraformado": un Marte al que le hemos provisto de una nueva atmósfera. Algunos recordaréis esta escena de Desafío Total, por ejemplo. Si bien la idea es aún peor que la expresión "quedarse a ver crecer el césped", sí tiene su principio científico válido... salvo en el caso de Marte. Veréis, es casi un hecho que Marte tuvo atmósfera alguna vez. Del mismo modo que, a su vez, debió de tener un campo electromagnético que la protegiese del viento solar. Sin un campo electromagnético que atrape las partículas de plasma del Sol, la atmósfera de un planeta se desvanecería en el vacío; sería como soplar un diente de león. ¿Cómo perdió Marte su campo magnético?
Pues no lo sabemos, pero probablemente sus dos "lunas" (por llamar de alguna manera a esos dos pedazos de roca retorcida) fueron testigos de primera mano. La Tierra, pese a ser pequeña, posée un núcleo densísimo de hierro en estado líquido. La presión y la temperatura hacen que esté constantemente en movimiento, y eso genera algo parecido a la imagen de la izquierda. Marte, por el contrario, tiene un núcleo más tieso que un huevo kinder, y lo único que consigue generar son bonitos imanes itinerantes que no valen para nada (a la derecha). De manera que, Arnold, estupendos efectos especiales, pero diez segundos después el planeta rojo volvería a ser rojo y tú volverías a ser una salchicha austriaca... aunque un poco más hecha.

martes, julio 05, 2011

¿Quién si no?

Por 60 florines en bagatelas Pierre Minuit, director local de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, compró a los indios Lenapes la isla de Manhattan. Entonces se llamó Nueva Ámsterdam a lo que hoy es Nueva York, probablemente la capital del planeta. Minuit también fue pionero en aquello de flexibilizar el empleo, auqnue lejos de eufemismos les llamó claramente esclavos africanos. A día de hoy alguien podría llamar al jefe de la tribu Lenapes "gran estadista", o incluso "el mejor presidente de la democracia".

La velocidad y el tocino, pensarán algunos. Permítanme que me explique presentándoles de paso, y por una rendija, lo que es en realidad el mundo del siglo 21, algo que para el pueblo llano -también llamado soberano en época de elecciones- es tan inaccesible como lo era la monarquía antes de que llegase el Diez Minutos: la nueva unidad de medida geográfica en el mundo ya no es el kilómetro, sino el milisegundo.

El milisegundo es la medida de la latencia en las telecomunicaciones mundiales. Hace unos años podía ser un indicativo de lo rápido que podía uno jugar al counterstrike en un servidor extranjero, pero en la actualidad influye incluso en el precio del metro cuadrado en las inmediaciones de Wall Street, por ejemplo, donde las operaciones bursátiles informatizadas pueden ganar o perder, precisamente, por ser un milisegundo más rápidas o más lentas que las del sistema del vecino.

¿Adivinan cuál es el centro del universo en términos de latencia? En efecto. España. Madrid, más concretamente. Y exactamente el Barrio de San Blas, la zona del planeta con mayor infraestructura de telecomunicaciones por metro cuadrado, y con mejor latencia con todos los puntos del globo (lo que no implica que a tu proveedor de servicio le salga del monopolio que tú o tu empresa tengáis acceso a esto, y menos aún a un precio razonable). ¡Ah, el milagro español!

Juan Villalonga, compañero del colegio del jefe de la tribu y primer presidente de telefónica, hoy en día poco pisa España salvo por los flecos de los dos mil despidos de Sintel, que aún ha de cuadrar con la justicia. Es imposible calcular la fortuna personal que hizo a costa del estado español; de todos modos el cerebro humano no asimila bien según qué magnitudes numéricas. Todos los números que rodean la privatización de las joyas de la corona son vertiginosos.

Para que os hagáis una idea, sólo en licencias de frecuencias UMTS, países como Alemania, Francia o Reino Unido, se embolsaron alrededor de 60.000 millones de euros cada uno, mientras que aquí el estado español regaló las suyas por menos de 500. A esto se le llamó "estrategia de estimulación económica del copón de la baraja", a grosso modo, por el preclaro líder cósmico de aquél entonces.

Tiempo ha pasado ya, y las masas claman de nuevo por un nuevo milagro que nos salve de la debacle socialista. Y yo tengo ganas de ver cómo lo harán ahora, que ya no hay telefónicas, argentarias, repsoles, iberias, seats, aceralias, endesas, tabacaleras, campsas, gas naturales, aldeasas, indras, redes eléctricas...

Quiero volver a ver un aumento empresarial interanual europeo del 17% y del 76% en España. Quiero volver a ver un aumento del 28% en el poder adquisitivo de la zona euro y del 3% en España. Quiero ver cómo nos lo vuelven a justificar entre medallas y estampitas. Y, sobre todo, quiero ver cómo los españoles observamos maravillados la eclosión de una nueva Nueva Ámsterdam desde la barrera y a nuestra costa con alguna que otra mayoría absoluta.

lunes, junio 27, 2011

Consumo gusto

Si alguien hace diez años le hubiese dicho a la junta directiva de Nokia que en unos meses Apple se iba a hacer con el mercado de la telefonía móvil y que Nokia iba a quedar relegada a abastecer el mercado de gama baja, se habrían reído.

Hace un tiempo en el mundo de la informática y las telecomunicaciones había una máxima: hecho por ingenieros para ingenieros. Si a tu padre ya le costaba programar el betamax, explícale tú lo que era un token-ring. Cuando la telefonía móvil estalló, hasta la mismísima Alcatel se tiró de cabeza. Sin embargo, algo no terminaba de encajar; el modelo de negocio no era ni por asomo el mismo. Entramos en el mundo de los productos de consumo obvio. Samsung, Motorola, Sony, Nokia, todos ellos vendían no por las prestaciones de sus terminales, sino por sus diseños.

El otro día leía un artículo en el que aseguraban que la telefonía móvil dominaba el mundo. Al autor sólo le faltaba gritar que el milenarismo va a llegar. Y no. Sigue habiendo rincones alejados de la gran masa, donde se asientan las columnas que sostienen este mundo, donde las cosas las siguen haciendo ingenieros para ingenieros, donde los dioses se siguen llamando Alcatel, Nortel, Cisco, HP, Juniper, Sun, etc.

Veréis, en los 90 Apple se estaba yendo a la mierda tan rápido que daba vértigo mirarla. Y gastaron el último cartucho que les quedaba en un truño de ordenador: el i-mac. Era un mojón, mediocre, de prestaciones reguleras y, como es habitual en apple, completamente integrado (lo que quiere decir que si se te jode algo, se te jode todo). Pero era mono. Como una enorme gominola inútil. Steve Jobs vendió lo que no estaba escrito. Apple volaba de nuevo gracias a un precioso pedacito de mierda fabricado en cinco tonos pastel.

En la puta vida veréis nada de Apple en un CPD, pero su modelo de negocio respondía perfectamente ante el consumidor imbécil (lo que viene a ser cualquier consumidor), y eso aturdía a los grandes del sector de los prefabricados como HP o Dell. Cuando llegó el reinado de los portátiles Apple ya no contaba con el factor sorpresa, y los grandes productores estaban esperando a la vuelta de la esquina con gilipolleces en verde pistacho o amarillo melocotón. Resumiremos la guerra del portátil con un empate técnico, pero con un factor ahora más pronunciado que nunca: el mundo había demostrado estar lleno de memos dispuestos a gastarse quinientos lereles a cambio de poder chatear y leer el correo electrónico en la cama. Ah, el progreso...

Apple nos ha dado caña desde entonces en todos los frentes gracias al marketing y a su diseño. Sus productos no sólo son mediocres y a prueba de tontos, sino que se fabrican por tres pesetas con un coste humano salvaje, mucho más que el de cualquiera de sus competidores. En Uganda, por ejemplo, Apple entrega equipamientos informáticos obsoletos en términos de ayuda al desarrollo. Les ha regalado tantos que Uganda a estas alturas ya debería de tener su propio programa espacial. Pero en su lugar sólo tienen el mayor vertedero de deshechos tecnológicos del planeta (por supuesto, está prohibido arreglar contrataciones de este tipo con países del tercer mundo según la ley internacional) que nadie sabe de dónde ha salido. En el sur de China Foxconn fabrica i-pads empleando esclavos 90 horas semanales, trabajando por quincenas sin descanso, expuestos a cosas tan divertidas como el n-hexano, y firmando clausulas anti-suicidio. Y aquí hacemos cola durante horas para poder gastarnos media nómina en uno de estos juguetes que el propio Steve Jobs tiene planeado dejar obsoleto dentro de quince meses añadiéndole esa característica o pieza fundamental que no tiene el actual modelo.

Si en el primer mundo sólo tuviésemos productos Apple (i-vater, i-coche, i-gafas, i-ropa), esquilmaríamos los recursos naturales del planeta en dos años. No negaré que i-phone, i-pad, i-pod, lo que sea... funcionan. Pero el mayor potencial que todos ellos tienen ahora mismo es la propia comunidad masiva de usuarios. Nada más.

Pero entiendo que todos queremos el éxito. El pedacito de triunfo personal que representa esa manzanita. El espíritu sólo puede alcanzar el Tao mediante el angry birds. Al fin y al cabo, todos NECESITAMOS un i-jam, y no hay ninguna otra cosa en el mercado que pueda saciar ese vacío en nuestra alma...

sábado, junio 18, 2011

Síndrome de Pa’nar

Seguro que todos sabéis quién fue Isaac Newton. Y, si habéis ido un par de días seguidos al colegio, probablemente conoceréis su Ley de la Gravitación Universal. Newton revolucionó el mundo científico con su visión de la gravedad en 1685, y consiguió explicar la mecánica de nuestro Sistema Solar con tal precisión, que incluso le debemos en parte el éxito de la expedición lunar del Apolo 11 (y prácticamente cualquier empresa que hayamos llevado al espacio). Pero la Ley de la Gravitación Universal no es perfecta. Y eso, en términos científicos, no es bueno.

A mediados del siglo XIX, se podía usar cualquier planeta conocido como un reloj infalible. Todos salvo Mercurio. Al medir la velocidad a la que se desplazaba Mercurio, el planeta más cercano al Sol (realmente cercano), e intentar predecir el momento en el que debía reaparecer en cada órbita desde detrás de nuestra estrella, resulta que el muy puñetero se retrasaba siempre 43 segundos. No es mucho, pero lo suficiente como para obsesionar al matemático y astrónomo francés Urbain Le Verrier.

En 1859, a Le Verrier ni se le pasó por la cabeza cuestionarse el paradigma científico que estableció Newton, y no se le ocurrió otra cosa que despejar la incógnita de Mercurio inventándose otro planeta: Vulcano. Y para que Vulcano pudiese existir sin que nosotros le viésemos tenía que estar realmente cerca del Sol o, mejor aún, situarse en una órbita exactamente opuesta a la de la Tierra, al otro lado del astro Rey, y que retrasaba a Mercurio esos 43 segundos en cada órbita solar.

Algo peregrino, sí, pero explicaba el retraso de Mercurio y se adaptaba a la Ley de Gravitación de Isaac Newton. Y, lo que es peor, era lo único que nadie consiguió conjeturar para hacer que todo encajase con las leyes de la física de aquél entonces.

Hubo que esperar hasta 1915 para que Albert Einstein completase el trabajo del mismísimo Isaac Newton y estableciese el nuevo paradigma: la Teoría de la Relatividad General. Para que os hagáis una idea de lo revolucionario del pensamiento de Einstein, su premio Nobel no le fue otorgado por esta Teoría, sino por sus trabajos sobre el efecto fotoeléctrico: el comité encargado de evaluar su Relatividad General, tras ocho años de estudiarla, no consiguieron comprenderla del todo.

Einstein no sólo explicó el comportamiento o el origen de la gravedad, sino que definió la gravedad en sí misma mediante el contínuo espacio-tiempo. La gravedad no es una fuerza como tal: si estuvieses en un avión en caída libre te sentirías ingrávido, pero en ningún momento notarías ninguna fuerza actuando sobre ti. En lugar de eso, Einstein determinó que el Sol, los planetas, y absolutamente toda la materia crea una deformación en el tejido de las tres dimensiones y el tiempo. Si trasladamos esto a la paradoja de Mercurio, veremos que las fórmulas de Einstein explican perfectamente la órbita de Mercurio sin necesidad de Vulcano: al estar más cerca del Sol (o, mejor dicho, de la distorsión que el Sol crea en la fábrica del espacio-tiempo), no sólo la órbita de Mercurio es más cerrada y aguda, si no que el tiempo también es diferente. Esos 43 segundos que nosotros percibimos aquí, en Mercurio no han pasado (si al pensar en esto sentís como vértigo, es que lo he explicado bien).

Y Gracias a Einstein y su Relatividad General todo en el universo fue entendible... durante un rato. Hoy en día sabemos que, según nuestras leyes de la física al universo le faltaría un 94% de la materia necesaria para hacer que se sea como es. Para que os hagáis una idea, si observamos el comportamiento de los planetas del Sistema Solar veremos que, cuanto más lejos del Sol, más lento es su movimiento de traslación dado que la deformación solar del espacio-tiempo es menor. Pero si observamos una galaxia veremos que gira uniformemente: la materia cercana al núcleo y la que hay en su periferia se desplazan sobre la misma perpendicular del radio. Y como eso no tiene sentido, para que encaje con el paradigma actual son necesarias la materia oscura y la energía oscura: cosas que no podemos percibir pero que necesariamente han de estar ahí. El nuevo Vulcano se llama modelo estándar de física de partículas.

Ojo, que ni la desprecio ni la refuto. Actualmente es la mejor explicación que la comunidad científica ha dado y, desde luego, en todas las simulaciones y ecuaciones que se han formulado, funcionan. Es más, la ciencia no puede existir sin hipótesis. Pero lo que quiero decir, y por lo que me ha dado por contaros todo este tochazo, es que siempre hay que mantenerse humildes y escépticos: por mucho que queramos que la realidad se adapte a nuestra concepción del universo, la verdad y la naturaleza de las cosas son inmutables, y poco les preocupa a ellas que las entendamos o no. Y quizá tengan que pasar otros trescientos años para que un nuevo Einstein venga a dejarnos con el culo torcido.

martes, junio 14, 2011

Almonteño y Tempranillo

Temerario yo de mí mismo por no hartarme hasta el suicidio -profusa e insufrible exégesis mediante- de la insoportable levedad del ser (estar y parecer) humano medio, en cuanto el astro rey se empeña en hacernos mosquear y plantearnos que quizá el fotón pudiese resultar másico al fin y al cabo, cogotazo ultravioleta mediante, resumo y enuncio como la ninfa pizpireta que soy en más de un sentido bailando con Artemisa: ha llegado el verano.

Y si bien plantearse el por qué de que un país como España no tenga programa espacial podría zanjarse por cien mil y un argumentos, siendo hasta ahora el de más peso que el Endeavour no está hecho de ladrillo y argamasa, ayer se me ocurrió encender unos segundos mi aparato de televisión; propenso a la delusión por el calor y el hecho de que el sofá y mis calzoncillos empezaban a ser molestamente indistinguibles el uno del otro, disculpadme. Sentenciaré rápido: gentío saltaba una valla peligrosamente con afán y propósito de hacerle el conejito a una especie de idolillo repollero. Y luego lloraban con la amargura de Gernika.

No pude por menos que palparme el pecho en busca de bultos (también llamados "humanismo ilustrado"). El calor que atenazaba mis terminaciones nerviosas pasó a un segundo plano. Preocupación. Me masturbé lánguidamente durante horas mientras paladeaba mi Prado Enea, intentando hacer que las piezas encajasen de cualquier modo posible en mi rompecabezas mental. Y nada.

Yazco desolado. Me tenéis contento.

(Síntesis para el lector casual: ¿¡Pero estáis gilipollas, o qué!?)

viernes, mayo 27, 2011

La tradición del buen hacer

Arturo Fernández Alvarez, presidente de la confederación empresarial de Madrid y brazo armado de Esperanza Aguirre, amenaza con emprender acciones legales contra el ministerio del interior si no se desaloja ya la puerta del Sol de Madrid. El motivo, según él mismo, son las pérdidas que sufren los comerciantes de la zona. (No, no esperéis ver el resguardo del ingreso del IVA, o similar, de ningún local para demostrarlo).

Este caballero, además de ser presidente de la CEIM, es presidente del grupo Arturo Cantoblanco. Las actividades de este grupo se ramifican en dos bloques: la restauración y financiar la Fundescam de Esperanza Aguirre.

Además ha dicho que los niños de la zona están empezando a tener pulgas y piojos por culpa de los acampados. Lo cual demuestra hasta qué punto ignora la situación de la plaza. A los que hayáis ido no hará falta que os diga lo organizado y cuidado que está todo; y quizá sea este otro problema para tan peculiar y sinérgico mecenazgo: que unos cuantos perroflautas por amor al arte han montado una infraestructura de servicios que ya hace días que ha pasado de largo en calidad a los de la propia comunidad de Madrid.

En cualquier caso, y visto el interés que este señor tiene en visitar él mismo la zona y comprobar de primera mano las bonanzas del movimiento ciudadano, sugiero hacer lo mismo con sus locales.

No creo que muchos de nosotros frecuentemos el club de tiro Cantoblanco o el monasterio de Rueda en Zaragoza, pero evitad en la medida de lo posible las cadenas de Tony Roma's, Alpargatería, Pizza Jardín, Tikki Grill...

Aquí os dejo un enlace para que vosotros mismos sepáis dónde podéis contraer las pulgas y piojos de este caballero: http://www.arturocantoblanco.com/informacion/grupo-arturo/

1802

Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate.
Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos, y todas las instituciones que florezcan en torno a ellos, privarán a la gente de toda su posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la recesión, hasta el día que sus hijos se despierten sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.

-Thomas Jefferson.

viernes, mayo 20, 2011

Hartos

De mamoneo. De corrupción. De diputados con tres sueldos. De cuñados a concurso. De ministros impuestos por la industria. De vuestras metamorfósis en consejeros de empresa. De progresistas que adelantan por la derecha. De gobiernos que presupuestan el doble en propaganda que en becas e investigación. De tribunales secuestrados. De vuestro perpetuo esperpento. De mentiras. De balbuceos (literal). De riñas infantiloides cuando lo que se discute es nuestro futuro. De echar balones fuera. De arrojaros vuestras propias heces como chimpancés. De que no busquéis soluciones. De que estéis en las nubes. De vuestra manipulación. De vuestra demagogia. De que no respetéis nada. De que vuestros fines justifiquen nuestros medios. De vuestro "todo vale". De proclamaros constantemente voz de "los españoles" sin que se os caiga la cara de vergüenza. De vuestro servilismo. De vuestras palabras vacías. De vuestros bolsillos llenos.

Porque existe un salario mínimo, pero nunca un salario máximo. Porque a nosotros nadie nos paga el viaje en primera clase. Porque a nosotros no nos rinde cuentas ninguna junta de accionistas. Porque no habéis sido capaces de unir estados, pero sí mercados. Porque sólo tenemos derecho a pagar impuestos y meter la papeleta cada cuatro años. Porque habéis gobernado por y para vosotros. Porque la vocación pública se castiga para que subáis los ambiciosos. Porque sois ridículos. Porque en treinta años no habéis sido capaces de terminar la transición. Porque representáis a millones de personas cuando no sabéis hacer ni la "o" con un canuto. Porque habéis demostrado que, lejos de ser útiles, empezáis a ser hasta peligrosos.

Cada cambio político o económico que habéis traído a esta sociedad en los ultimos treinta años ha sido siempre para peor.

Basta. Devolvednos el poder al pueblo, por el pueblo y para el pueblo. No estáis a la altura.

Democracia real. Con nombre, apellidos y lo que haga falta.
Y ya.

viernes, mayo 06, 2011

Who watches the... whatever it is...?

Decía la otra noche Stephen Colbert en su twitter que lo más jodido de haber mandado a los Navy Seals de la marina americana a neutralizar a Bin Laden debió ser inundar previamente el complejo. Es lo más coherente que he leído al respecto hasta la fecha.

Vivimos en tiempos extraños. Necesitamos un segundo renacimiento, una nueva era de humanismo ilustrado, pero lo único que conseguimos es Champions League. Yo, y hasta cierto punto, me alegro de que Bin Laden no esté en el mundo. Hasta cierto punto.

Tonto no soy, pero tampoco soy un experto. No poseo un sistema (en su acepción de ejercicio prácico físico y matemático) como para poder decir con autoridad a qué equivale X. Y alucino viendo que en la televisión cada uno lo tiene clarísimo. Clarísimo y a voces, además.

Más de una vez me han llamado ingénuo por tener mis valores y principios. Bueno, son importantes para mí, prácticamente es lo único que tengo y me define, y me debo a ellos por fidelidad conmigo mismo y mi sentido de la moral y la ciudadanía (voy a evitar en la medida de lo posible volver a usar la palabra "democracia" en lo que me queda de vida, por aquello de que mi madre de niño me enseñó que coger las cosas sucias del suelo es una guarrería). Eso no quiere decir que los cumpla siempre, y cuando no lo hago sé que va a tener consecuencias.

He intentado ponerme en el lugar de Obama y, suponiendo que toda la información que nos han dado es más o menos correcta, intentar averiguar cómo habría actuado yo si supiese con una certeza del 80% que el hombre más buscado del planeta está en una casa aislada en un país extranjero.

Repito que no soy un experto. Pero, primeramente, pensaría en las alternativas y consecuencias políticas. Si fuese un puro juego de rol en el que yo fuese otra persona indefinida, probablemente habría hablado tras la operación con el primer ministro de Pakistán. -Oye, tigre. Que hemos encontrado a Bin Laden en tu jardín y le hemos dado matarile. ¿Qué te parece si te evitamos la investigación interna, nos hacemos una foto, y le decimos al mundo que en una operación conjunta impecable por tu parte te hemos asesorado en su neutralización?

Sí, no se adaptaría mucho ni a mis valores ni a mis principios, pero hablamos de la Casa Blanca, un sitio donde uno quiere pensar que hay gente medianamente inteligente asesorando al hombre más poderoso del planeta. Incluso mantener su muerte en secreto, o capturarle sin hacerlo público me habría parecido más inteligente. Desde el Lunes pasado, esas dos potencias atómicas -Pakistán e India- vuelven a acumular efectivos militares en su frontera.

Y la ideaca de tirarlo al mar supongo que tan sólo entusiasmará a los homeópatas.

Si realmente fuese yo el presidente Obama, lo tendría jodido. Sopesaría mis principios frente a eliminar al hombre que mató a más de tres mil de mis conciudadanos. Librar al mundo de Bin Laden, o ser fiel a mí mismo. Amén de la prioridad en la agenda política de los EEUU, país al que estaría representando. Es mucha responsabilidad.

Creo que yo habría ordenado matar a Osama Bin Laden. Las consecuencias habrían sido declararme incopetente para gobernar mi país inmediatamente después y, por supuesto, haber devuelto el premio Nobel de la Paz. Y esperar poder recuperar algún día el respeto por mi mismo y poder volver a mirar a los ojos a mi mujer y mis hijas. Y, por supuesto, mandar una mierda por mensajero express a todos aquellos líderes supremos que me felicitaran por semejante gesta. Y a los que aprovechasen la coyuntura para recordarnos que el waterboarding de Bush lava más blanco, sugerirles una vasectomía.

Al menos, Obama es hoy un poco menos negro a los ojos de Donald Trump...



Aprovecho la entrada para pronunciarme también sobre el tema de Bildu, por aquello de la resolución del Constitucional: Si una persona colabora con una banda armada y hay indicios de ello, es imperativa una investigación y un proceso judicial para hacer que esa persona acabe en proceso penal. Si la investigación y el proceso de investigación fallan a su favor, esa persona sigue siendo un ciudadano de pleno derecho.

Si existe un término medio al respecto, primeramente quisiera que me explicaran en qué consiste. De lo contrario, y en caso de que dicho término medio exista, sólo puedo manifestar mi profunda preocupación por la medieval perspectiva legal del asunto, y exijo a mis representantes que lo enmienden con prioridad absoluta.

Al márgen de esto, y como tampoco aquí soy ningún experto, me gustaría decir con la boca pequeña y la humildad del que intenta razonar antes de decir nada, que jamás en mi vida votaré a un partido nacionalista (de cualquier escala y magnitud salvo la mundial), pero que es una opción ideológica y política legítima. Dejar sin opción electoral y de representación libre a medio millón de vascos me parece una irresponsabilidad, un dar palos al avispero y, sobre todo -y lo más indignante-, una tonelada más de mierda dejada caer alegremente sobre esa "democracia" en la que cada día es más difícil creer.

miércoles, abril 27, 2011

El refulgor

Si hiciésemos una media ponderada, podríamos decir que la vida de Fulgencio Brasas no es ni buena ni mala. Es la trampa de las estadísticas: Fulgencio ha tenido tantas cosas maravillosas como terribles en su vida. Esto ha hecho de Fulgencio un tipo complicado. Que no complejo; sino sencillo. Que no simple.
El mundo de Fulgencio, una vez que salió un momento a comprar el pan

Fulgencio Brasas se hizo mayor un soleado jueves de Junio, a eso de las diez y media de la mañana. Y se sintió profundamente contrariado al ver que no se había convertido en ninguno de los protagonistas de las películas que vio de niño. Un despropósito, oigan. Pero aprendió a (mal)vivir con ello.

Fulgencio sabe que es considerablemente inteligente, pero es un don itinerante con el contrapunto del destiempo. Constantemente ha de recordarse a sí mismo que hay gente aún más inteligente que él y, lo que es peor, con intervalos de lucidez envidiables. Fulgencio siempre se ha repetido que "en esta vida hay que ser astutos como serpientes y cándidos como palomas". Pero nunca ha terminado de dominar la práctica: le pierden las prisas.

Fulgencio de vez en cuando consigue ser amado. Pero nunca consigue ser querido. Y a menudo comete el error de encerrarse en una jaula de resentimiento con un grueso candado de veneno, maldiciendo el reflejo de un reflejo, consiguiendo arreglar nada y doler aún más de lo que ya duele (porque Fulgencio Brasas duele, esto es así). Lo más patético es que, en el fondo, Fulgencio sabe que la llave de esa jaula es él mismo. Pero se rebota como un puto crío y no atiende a razones. Fulgencio no es injusto, pero sí extremo.

Exámen de dibujo técnico de Fulgencio
 Fulgencio nunca fue un buen estudiante, y contra todo pronóstico tiene un buen trabajo. Pero sus jefes consideran que no se esfuerza, que no pone interés, que no se responsabiliza, porque Fulgencio es un puto cabezota que se niega a priorizar las felaciones jerárquicas exigidas por contrato. Sus jefes, por descontado y definición, hace tiempo que desconocen en qué consiste exactamente el trabajo de Fulgencio. Debido a sus tropiezos de juventud Fulgencio procura no tomar cosas que le faciliten mantener el ritmo: se jode y baila. Lo de joderse se le da bien, lo de bailar nunca fue lo suyo.

Un día Fulgencio recordaba con su padre lo poco que le gustaban las lentejas de niño, y cómo su padre le sacaba con el plato de lentejas a las escaleras para "reflexionar" sobre la molestia que se había tomado su señora madre en prepararlas toda la mañana. Volvían para el postre con el plato limpio y algún que otro churretón en las mejillas que delataba llorera. Aquellas escaleras eran como Las Vegas: lo que pasaba en las escaleras, se quedaba en las escaleras. Incomprensiblemente ahora a Fulgencio le encantan las lentejas y, desde que vive solísimo, más que nunca. Entre risas y sorprendido por la confesión, su padre le conminó para el siguiente domingo en su casa: prepararían un buen estofado de lentejas y se lo comerían los dos en las escaleras.

Fulgencio, colmado de lentejas.

A Fulgencio no sólo le maravilló la idea, sino que además se dio cuenta de que hacía años que no tenía tanta ilusión por algo. El viernes, al salir del trabajo, pasó por la tienda de delicatessen de su barrio para comprar una botella de vino y reservarla para el domingo. Sin embargo, el domingo Fulgencio se tuvo que pasar el día trabajando por un im-por-tan-tí-si-mo trabajo que había que implementar sin falta y que sus jefes olvidaron comentarle antes. Por la noche Fulgencio se bebió su botella de vino a morro mientras veía porno en internet.

Fulgencio es así, se ofusca por tonterías y a veces se niega a ver que los problemas tienen solución. Que hay más domingos y hay más lentejas, que el trabajo en fin de semana se lo pagan estupendamente, y de cualquier gilipollez termina montando una yihad.

Pese a todo, Fulgencio aún tiene sentido del humor. Se lo pasa bomba él solo. El problema es que no termina de respetarse a sí mismo y, por consiguiente, ni Dios le respeta tampoco. Se lo ha ganado a pulso, pero casi que prefiere que así sea: las consecuencias de que algún día alguien le tome en serio podrían ser nefastas.

Guarda en su casa un juego de pesas, un banco de ejercicios, una bicleta estática y un sin fin de accesorios deportivos; todo lo necesario para el hombre activo y dinámico de hoy que, sin duda, es Fulgencio. Porque un día de estos piensa ponerse a tope, recuperar la forma humana y empezar a cuidarse, que su cuerpo es un templo. Esto lleva siendo así varios años ya. Pero sí, el día menos pensado ya veréis cómo deja de alimentarse de patatas fritas y se pone tochísimo.

A Fulgencio, además, le falta mucha gente en su vida. Y no lo entiende. Y se mosquea consigo mismo porque, tan inteligente y tan simpático que es, al final siempre acaba equivocándose con la chusma que decide tener cerca, y le termina por pasar lo que le pasa, e intenta ponerse en el pellejo de los demás para intentar entenderles y no lo consigue. Y acaba pillándose unos rebotes vitales de cojones, porque es un intransigente y su paradigma social no lo sigue nadie (todo sea dicho, porque es que la gente es lo puto peor).

Pero bueno, volviéndose a enganchar al vicio del tabaco, un par de videojuegos y con unas cuantas canas más en la barba, al final Fulgencio siempre consigue reconocer entre dientes y con la boca pequeña que no es infalible y que no todos tienen que pensar como él (aunque por supuesto su forma de ver las cosas es la buena buena de verdad). No se lo digáis, pero yo sospecho que Fulgencio odia no poder ser el tipo razonable, sosegado y humilde que en el fondo quiere aparentar ser.


Inevitablemente Fulgencio tiene una hipoteca adquirida poco antes del desplome inmobiliario, y una comunidad de vecinos donde todos son imbéciles, abogados, o mezcla de ambas cosas, lo que deriva en juntas de vecinos que ya quisiera Jorge Javier en su programa, amén de derramas en conceptos cachondísimos que sólo Fulgencio abona religiosamente y en el tiempo estipulado. Porque otra cosa no será, pero honrado lo es un rato. En un país como este, y siendo Fulgencio un perdedor multidisciplinar como lo es él, en esto vió la oportunidad de destacar finalmente en algo, ya que a tonto no le gana nadie. Y allí que ha puesto toda la carne en el asador y ha hecho de su sayo una capa.

Por otra parte, Fulgencio es un tipo de gustos refinados. Lo que pasa es que no conoce a nadie próximo que los comparta. Y diríase que lejano tampoco. Le encantaría decir que lo suyo es pose, que es trendy, indie, mainstream, moderno, vintage, underground, industrial o lo que surja. Pero no, Fulgencio lo que es, es un frikazo mal envejecido con un exquisito y sutil toque de macarrismo. Y no lo puede evitar. Mientras en los anuncios de coches sale gente de treinta y tantos recordando melancólicos su juventud rockera, a Fulgencio su jefe le llama la atención día sí y día también por tener el currículo que tiene y sin embargo ir a trabajar con cadenas y calaveras. Y es que, si el hábito no hace al monje, Fulgencio nació siendo ya santo Papa.

Últimamente a Fulgencio también le cuesta conectar con otra gente y, pese a sus ocurrencias y afable personalidad, le falta tema de conversación. Como una gigante roja a punto de estallar en súper nova, Fulgencio siente que la gravedad conformada por su obsesión por él mismo no tiene el contrapunto atómico del volátil hidrógeno del día a día y la interacción humana.

Última radiografía del alma de Fulgencio
Quizá sea este el motivo por el que Fulgencio no encuentra nada últimamente que contar en su blog que no sea sobre él mismo.

Y no queriendo resultar cargante, porque luego sus amigos le echan en cara las choripolleces que escribe, lo hace con un seudónimo imbécil y en tercera persona.

Fulgencio, eres lo peor.

lunes, abril 18, 2011

Astoret y la torrija de Salomón

Los portadores de la verdad única y sagrada vuelven a la carga. La virtud divina y eterna encuentra nuevamente su fuerza en Hazte Oír, la Asociación Estatal de Abogados Cristianos y algún cristofriki más, tal es el poder del Dios del desierto.

Entiendo que cada uno es fruto (o víctima) de su sopa primigenia familiar. Si hay quien afronta la crísis contrayendo matrimonio con Doña Cayetana, cómo no entender que frente a la propia vida haya quien necesite a la garrapata de la religión. Y tampoco es que hablemos de Matrix, no. El cristo-fandom es absolutamente permeable, y de ahí que haya que protegerlo furibundamente contra el laicismo y la libertad de expresión. La libertad de expresión de otros, se entiende.

Esta semana la pasión más fervorosa ha de demostrarse en las calles. Esas calles y esa iglesia que pago yo con mis impuestos. Esas calles donde no hay cabida a la chirigota atea, al blasfemo y malintencionado escarnio de lo sacro, capaz de ofender la sensibilidad y el sentimiento de la sempiterna víctima: el manso rebaño de nuestro buen Señor.

Es cierto, era pura intención de provocar, de faltar al respeto. Un atentado a la libertad de esas buenas, altas y sensibilísimas personas que van a dejarse la espalda en carne viva, a llorar y a derramar sangre y cera en mi calle en nombre de su Dios, representado (él o algún pokémon de su virginal mamá) en un pedazo de abedúl policromado en acrílico. Y lo harán, no ya frente a sus propios hijos, sino frente a los de cualquiera que pase por allí.

Normal que tengan que exigir con beligerancia ese respeto por tan edificantes tradiciones que, inexplicablemente, "nadie" les brinda...

viernes, abril 08, 2011

Juego de mierda

Hay una serie de personas, no muchos, a penas un 2%, una cantidad que ni si quiera reflejan los mayores cocientes intelectuales del planeta, pero sí el dinero. El dinero puede engañar a ese 2% de personas y al otro 98% por igual. Y algún instinto insatisfecho y oscuro de nuestros remanentes prehistóricos debe de andar enredando para que seamos tan susceptibles de ello.

Ese 2%, los más ricos del planeta, puede que no crearan el juego, pero lo han comprado. El juego, las reglas, el mazo de las cartas y la casilla de salida. Es un juego de mierda, esto es así.

Normalmente, uno no juega a un juego de mierda que además está hecho para que gane el mismo jugador una y otra vez. Mi padre, cuando jugabamos al monopoly, se partía el culo de la risa con nosotros. Nos esquilmaba sin compasión. Y cada vez que alguien no podía pagarle, en vez de sacarle del juego, le cambiaba el fregar los platos esa noche -o similar- por poder pasar por su edificadísima casilla de Lavapiés.

No solo el juego se hacía aburridísimo, sino que mi hermano y yo salíamos humillados y cargados de tareas por un mes tras haber perdido una tarde entera. Hasta que no volvimos a jugar a nada con él, claro.

Sin embargo en el juego del 2% uno no puede elegir no jugar. Es tu obligación como ciudadano responsable que vive en democracia caer en la edificadísima casilla de Lavapiés. Y da gracias por ser de los pocos que viven en esa llamada democracia.

Cuando una tribu mataba a las mujeres y niños de la tribu de al lado, lo hacían con un propósito. Tal vez algunos enajenados lo hicieran por puro vicio, pero en la visión global del "ministerio" de asuntos exteriores del chamán de turno tal vileza tenía un propósito. La forma salvaje ha cambiado, pero el propósito sigue estando ahí, tras los chamanes del 2%.

El planeta lleva casi cinco mil millones de años ahí, y ha sobrevivido a cosas peores que las descritas en cualquier librito sagrado. Y seguirá estando allí. Cuando oigo a alguien decir eso de "nos estamos cargando el planeta" no puedo por menos que sonreír: cuánta condescendencia por parte de un microbio venido a más. No. Nos estamos condenando a nosotros mismos. El 2% desea perpetuarse el tiempo que sea mientras los demás aguantemos, y lo que venga después da igual.

Pero siempre hay futuro. Siempre está la posibilidad. Lo que no tiene remedio es el pasado. Todo depende del tiempo que tardemos en entender esto, en liberarnos y en cambiar las cosas. Y me temo que no va a ser pronto: todo indica que, desde nuestro Lavapiés, vamos a seguir jugando y dejandolo todo en manos del 2% que nos ha traido hasta aquí.

sábado, abril 02, 2011

Home

No es nuevo, pero le dedico un post por si los pocos que me leéis no lo habéis visto. Home es un documental fotográfico que se produjo y se distribuye sin ánimo de lucro. La voz en off de la versión en castellano es de Shalma Hayek. Encontrad un rato para verla, porque merece la pena.

viernes, abril 01, 2011

Sympathy for the Atom (II)

La radiactividad, como fenómeno natural, existe en todas las cosas. Tal vez por esto sean tan propensos los "pro-nucleares" a hablar del plátano. No hay peor (y más explotable) miedo que el se tiene a algo que no se puede percibir. Afortunadamente el plátano no es ionizante, como tampoco lo es tu teléfono móvil o la linterna de tu llavero (aunque estos dos últimos irradian considerablemente más), y por tanto son inócuos.

El cosmos es un vastísimo campo de batalla entre la materia y la energía, y ambas están bajo la maldición de tener una relación directa. En nuestra "escala mediana" de este planetucho compuesto principalmente de roca y hierro, la energía está a merced de la materia. Si buscáis un poco sobre cualquier fenómeno cósmico frecuente y cotidiano en el universo, comprobareis que las cosas por aquí andan bastante tranquilas y, afortunadamente, la misma distancia que nos desespera a la hora de abordar la iconmensurable exploración espacial es la misma que nos mantiene a salvo.

Estos "fenómenos cotidianos" que para nosotros son tan raros y violentos poseen componentes energéticos que escapan a todas nuestras escalas. En realidad los raros somos nosotros. Diminutos, insignificantes y terriblemente vulnerables a la naturaleza del propio universo. Nuestro planeta, aunque pequeño, posee un núcleo súper-pesado en constante movimiento que nos proporciona un aislante (y gigantesco) campo electromagnético formidable, capaz de resistir todo tipo de plasma solar.
Nuestra posición con respecto al Sol es la perfecta para tener una atmósfera gaseosa, ingentes reservas de agua en estado líquido y accesible y ciclos estacionales que regeneran la corteza terrestre suavemente.
Incluso tenemos la suerte de contar con la protección de Júpiter y Saturno, cuyos campos gravitacionales sistemáticamente atrapan y desmenuzan sin compasión cualquier peligro ajeno a nuestro sistema solar.
Incluso nuestro sol, ese descomunal titán en cuyo interior la materia y la energía luchan con una ferocidad que nos aniquilaría con tan sólo observarla un poco más de cerca, es pequeño, tranquilo y longevo si lo comparamos con el resto de estrellas de nuestra galaxia. Es como si pudieramos considerarlo una madraza. Somos muy afortunados.

Pero aquí llegó el ser humano, con esa constante fascinación por golpearlo todo con una piedra bien gorda, sólo para ver qué pasa y echarse unas risas. Si bien el mayor hobby de Conan el Bárbaro era hacer abuso del secreto del acero que los dioses olvidaron en el campo de batalla, la del borrego moderno es haber descubierto la relación entre materia y energía. Por desgracia, y como ya he mencionado, aquí la materia va ganando por goleada, así que llevar el proceso de un lado a otro es mucho más sencillo que hacerlo al revés (se puede, pero es todo un desafío tecnológico y económico que, de momento, supone más pérdida que beneficio).

Por desgracia, eso también implica que los recursos energéticos a nuestro alcance dependen directamente de nuestra capacidad tecnológica para dominarlos. En 1964 el astrofísico ruso Nikolái Kardashov propuso un modelo para medir una civilización en tres niveles, dependiendo de su habilidad para aprovechar los recursos energéticos. De este modo, una civilización de nivel 1 tendría que ser capaz de gestionar la energía generada de forma natural por un planeta. El ser humano se encuentra a un 16% de llegar a ese punto.

Con la gran mentira que supone la maldita "independencia energética" de cualquier nación, el siglo pasado nos lanzamos en masa a explotar el moderno recurso de la fisión atómica, y la abrazamos como la panacea del futuro. En un contexto económico, político y social como el nuestro, a un servidor el fomento de esta energía le parece una temeridad y una cagada sin precedentes. Tras toda la frialdad y neutralidad con que puede contar la ciencia, tras ellas están las empresas, el capital y los intereses. Existe una ecuación aplicable a cualquier sistema, por avanzado o primitivo que sea éste, en el que la seguridad y el coste van ligados exponencialmente, hasta el punto de que una seguridad perfecta conlleva un coste infinito. Lo que no existe en matemáticas es una variable que mida el dolor o la pérdida humana, máxime si hablamos de un enemigo invisible que, en caso de aparecer ante nuestras murallas, es capaz de presentar batalla y asedio durante más de veinte mil años.

En el contexo cósmico con el que me he explayado antes, esto supone haber ignorado la tremenda suerte de vivir donde vivimos, y haber metido al enemigo en casa voluntariamente. Por dinero. Algo ficticio que ni si quiera existe más que para nosotros mismos.

Entraré en el "debate" de las energías alternativas. Si todos los billones (con be) de dólares que se han invertido en el último siglo en financiar esta energía basura se hubiesen invertido en I+D, ya ni si quiera estaríamos usando el petróleo.
No me gusta decir que soy "anti-nuclear". Soy absolutamente "pro" desde el punto de vista de que existe un potencial en la energía atómica, pero no es este. El actual es el peor y más chapucero escenario para explotar este maravilloso recurso.
Bajo el manto terrestre poseemos una abundancia casi inagotable de energía. En las mareas, en las devastadoras corrientes ecuatoriales, en los tornados y las tormentas, en el mismísimo aire.
Habrá quien diga que esto es ciencia ficción. Habrá quien tenga un móvil de última generación en su mano, o que esté sentado frente a un montón de plástico y circuitería barata leyendo lo que yo estoy escribiendo ahora mismo en mi despacho y diga que... esto... es... ciencia ficción...

Para mí ciencia ficción es dejar que el destino de la especie responsable de este planeta se rija por la codicia de unos pocos privilegiados, pero quizá yo soy muy cándido e ingénuo y no entiendo las cosas.

Cierto que la tecnología fotovoltáica, por ejemplo, está lejos de aprovechar al 100% todos los fotones que el Sol nos lanza y consiguen llegar a la superficie terrestre. Si será así que, para poder abastecernos exclusivamente de este recurso con la actual tecnología, tendríamos que crear gigantescas extensiones dedicadas tan sólo a este fin, con un coste medioambiental -según la industria- enorme. ¿O no?

¿Descabellado? A mí no me lo parece...


No. Más bien es que no hay una voluntad económica y política para hacerlo. También la actual energía de fisión utilizada en las plantas nucleares no se aprovecha al 100%, hasta el punto de tener un índice de utilidad semejante a la solar. La aleación de cerámica y uranio235 que se usa para alcanzar la masa crítica y alcanzar una reacción estable y duradera desprende varias veces más energía que la que conseguimos al transformarla en electricidad con una turbina.

De lo que tampoco habla mucho la prensa es de los residuos que producen estas centrales. Mínimos comparados con la electricidad generada, sí, pero siguen siendo una hipoteca a muy largo plazo para nuestros hijos a cambio de poder iluminar nuestros casinos de noche.

Estos residuos se guardan bajo tierra en estructuras reforzadas bastante seguras, aquí no hay mucho problema en cuanto a un riesgo potencial. Pero, ¿todo el mundo está dispuesto a pagar el alquiler? De nuevo entra en juego nuestro abstracto concepto del dinero y la cuestionable relación responsabilidad/beneficio de las compañías eléctricas. Os copio un fragmento de un estupendo post que el ínclito Hombre Malo escribió hace un par de años sobre la piratería en Somalia para Plutón Verbenero (un blog buenísimo) que resulta, si no revelador, cuanto menos plausible:

En Puntland la gente vivia de la pesca. No te digo que vivieran bien, pero vivian. Hasta que en el 91 un golpe de estado finaciado desde el exterior derribo el gobierno rojeras que habia mantenido en paz a Somalia desde su independencia en el 69. A ese golpe le siguio otro, y otro, y pronto una guerra civil y despues un estado de guerra continua de baja intensidad. Desde el 91 no existe nada que se pueda llamar "Gobierno Somali". Yo aun recuerdo el resbalon que se dio aquel marine de la era Clinton cuando desembarcaba en Mogadisho y el año pasado les invadió Etiopia para "poner paz".

Y poco despues llegaron los barcos. Barcos de apariencia normal, pero que en vez de seguir su camino se detenian y dejaban caer...de todo. Los primeros simplemente limpiarian sus motores, pero pronto llegaron otros. Mr.Ould-Abdallah, enviado de Naciones Unidas para Somalia, nos cuenta que ante la ausencia efectiva de un gobierno que haga nada, se han vertido residuos industriales, radioactivos, metales pesados y basura hospitalaria. Casi toda procedente de Europa, donde la mafia se ha forrado consiguiendo las contratas de procesamiento de residuos peligrosos y luego enviandolos a la primera costa sin amo que encontraron. Miradlo en un mapa, Somalia está a tiro de piedra del mediterraneo, canal de Suez mediante. Cuando el Tsunami del 2005 llego a las costas somalies mato gente, pero no por su fuerza, sino porque lo que desenterro del fondo se llevo por delante a cientos en las siguientes semanas.

Fukushima es un desastre. Cualquier central de fisión lo es en potencia. Es una tecnología que no podemos dominar aún, y de la que no disponemos de suficientes datos y experiencia para gestionar de forma efectiva y segura. Sin embargo, la hemos implantado con un ímpetu desmedido, haciendo gala del peor rasgo de nuestra especie. No porque algún enajenado no pueda tirarse a la piscina y asumir la responsabilidad de algo que afectará al mundo durante miles de años, sino porque nadie puede proponer semejante aval, seas quien seas. Es tan absurdo que lo hemos hecho. Y a lo grande.

También se nos dice que los habitantes de este planeta nos hemos acostumbrado a vivir con estos índices de consumo energéticos, y que nos hemos vuelto dependientes de la energía nuclear en caso de que no estemos dispuestos a renunciar a un montón de cosas. Suena factible. Y yo, desde luego, no quiero quedarme sin nevera u ordenador en casa. Pero tomemos por un momento la perspectiva de diferenciar entre el consumo en el que podemos incurrir cualquiera de nosotros, y el consumo que podemos ver dando un paseo de noche por el centro de una ciudad cualquiera. ¿Qué creéis que se ve en esta foto? ¿Vuestras neveras y televisores, o los espectaculares excesos de la gestión privada propia de una sociedad de consumo como la nuestra?


Tres cuartas partes de lo mismo se puede decir sobre el reciclaje de basuras o el consumo de agua. Todos estamos muy concienciados con estos temas, y no se me ocurriría desanimaros a la hora de trabajar en casa por gestionar correctamente vuestros desperdicios y ahorrar agua y electricidad, pero el consumo o perjuicio causado por la población del primer mundo no llega ni al 15% del total. ¿Sabéis el agua que se consume en el proceso para crear una botella de plástico, por ejemplo? ¿Y sabéis qué medidas toma la industria para el reciclaje del agua que gasta? Os dejo adivinarlo. Pensad mal y acertaréis (o al menos os acercaréis bastante).

TEPCO ha gestionado de forma fraudulenta e irresponsable (y muy rentable por consiguiente) su planta de Fukushima. Ahora sus acciones han descendido un 70% y el gobierno de Japón (el Estado, el responsable ciudadano contribuyente) se ve obligado a desprenderse de varios cientos de miles de millones de dólares para nacionalizarla y así poder seguir gestionando la crísis de la central. Mientras, la vida de la gente, desde técnicos a habitantes de la zona, está en juego. Y nunca mejor dicho. ¿Realmente alguien espera mantener un debate razonable sobre las bonanzas de la fisión atómica en este contexto de corrupción mundial?

Treinta y cinco millones de personas mueren de hambre al año en el mundo. Leer varias veces esa frase hasta asimilarla del todo. Un cuenco de arroz por persona y día puede evitarlo. Y hablamos de arroz, no de i-phones o de gafas de sol de Gucci. ¿Qué líder mundial puede considerarse a sí mismo como tal existiendo una realidad como esta? ¿Cómo vamos a esperar que, por algo tan rentable como la dependencia energética, un capital privado vaya a actuar responsablemente en aras de los ciudadanos?

Y habrá quien me diga que no soy realista.
Aún cuando el dinero es algo ficticio.

Si quréis que siga escribiendo sobre el tema, tenéis alguna filia atómica concreta, u os interesa que os de la chapa con la energía de fusión y el proyecto ITER, comentad y Somo verá si habéis sido niños buenos este año...

miércoles, marzo 30, 2011

Laico Onán

Leo ayer en el periódico que organizaciones católicas denuncian a Leo Bassi por delitos contra el sentimiento religioso. Al principio no lo entendí ya que yo, en caso de ir a denunciarle, lo haría por el mero hecho de llevarse la pasta que se lleva, por lo que se la lleva, y lo único que se me ocurría para que hubiese ultrajado alguna religión es que hubiese fichado por el Real Madrid. Luego caí en que estaba confundiendo a Leo Bassi con Leo Messi.

Entiendo (que no comparto) que haya quienes se mueran por vernos a los deleznables blasfemos pagar nuestros pecados un poquito antes de que ese Dios suyo nos juzgue una vez muertos, pero lo veo muy poco práctico, la verdad. Debe ser porque desde el nuevo testamento Dios se ha vuelto más "maso" que "sado", y esto no termina de convencer al fandom más hardcore.

Viendo el antiguo testamento, uno espera que le envíen plagas de langostas, que llueva azufre en su adosado con hipoteca, que mueran sus vástagos (que creo que no tengo, pero la duda ya deja regomello)... pero en lugar de todo eso te envía a los de Hazte Oír. Dios, tronco, ¿qué mierda de ira divina es esta?

Por otra parte, y discúlpenme la licencia, algo tan elevado como la verdad divina debería brillar por sí misma. Quicir, cualquier ataque debería resbalar como aceite sobre su pulida, perfecta y brillante superficie por sí mismo hasta acabar en el cieno. Es lo que tiene La Verdad, así, con mayúsculas. Pero no, parece ser que la palabra, y la mismísima dignidad de Dios y su rebaño, han de ser lidiadas con bravura e inquebrantable voluntad en el Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid.

Que no se diga que no pongo mi granito de arena para alcanzar una ecuménica, prístina y contundente resolución:

lunes, marzo 28, 2011

Sympathy for the Atom (I)

Como seres evolucionados en un entorno concreto, disponemos de los medios necesarios para desenvolvernos en ese mismo medio. La evolución, por definición, es la economía de la adaptación más adecuada. Por tanto, experimentamos y procesamos estrictamente lo que necesitamos para prevalecer y prosperar en nuestro entorno (vemos las cosas como necesitamos verlas). Por suerte ese proceso ha provocado el efecto colateral de ser conscientes de nosotros mismos, inteligentes, curiosos… Recursos que nos han llevado a desarrollar las herramientas necesarias para poder entender, poco a poco, lo demasiado grande y lo demasiado pequeño: lo que nuestros sentidos no están preparados para captar.

Demócrito, Leucipio y Epicuro sospechaban que la materia no podía dividirse constantemente. Imaginaban que, finalmente, habría que dar tarde o temprano con algo elemental e indivisible: el ladrillo primigenio que conformase todo. Algo a-tomo (literalmente "no divisible"). Aunque recientemente divisible, sus pajas mentales no iban mal encaminadas: es lo más pequeño que podemos encontrar en cualquier elemento químico que mantenga su identidad y sus propiedades.

Me parece lamentable que los medios de comunicación, con esto de Fukushima, se hayan decantado más por el hacer titulares que por conseguir hacer un poco más asequible toda la mística atómica a la que estamos expuestos cada vez que abordan el tema (seguramente porque la profesión del periodista del siglo XXI es, sencillamente, la de hablar de lo que no conoce, ni entiende, ni probablemente le importa o interesa). Podría crucificaros con seis o siete párrafos introductorios insoportables hasta hacer que me odiéis aún más (sobre todo porque la wikipedia es la misma para todos), pero por suerte podemos contar con la desinteresada ayuda de uno de los mejores divulgadores científicos de la historia:


Ahora bien, cómo se extrae energía de los átomos y qué es exactamente la radiactividad. Son conceptos que no nos queda más remedio que asumir, pero que no terminamos de tener muy claro en qué consisten. Como bien ha explicado el señor Sagan, las partículas que conforman los átomos se mantienen unidas por fuerzas que a nuestra escala son francamente despreciables, pero que a unos niveles de masa tan insignificantes resultan titánicas hasta el punto de que sólo resultan vencidas en entornos tan extremos de temperatura y/o presión como el interior de las estrellas.

Cuando las partículas del átomo se recombinan para crear nuevos elementos, se liberan muchas de ellas (como con los muebles del IKEA, que siempre sobra alguna tuerca). También se liberan mediante procesos electroquímicos por la correlación materia/energía y las leyes de la termodinámica, pero esto es otro tema paralelo que no toca (lo menciono para confirmaros que, efectivamente, la lámpara de vuestro salón no posee las condiciones de presión y temperatura del interior del Sol, por si os lo estabais preguntando). Estas partículas conforman la radiación en ondas electromagnéticas (fotones, que son partículas subatómicas no-másicas) y radiación corpuscular (otras partículas másicas con nombres divertidos para ponerle a nuestras mascotas). Todas estas partículas conllevan una energía que define su comportamiento. Los fotones, por ejemplo, son ondas de radio o luz visible si llevan poca energía, o rayos X (o incluso gamma) si van hasta las trancas.

Estas son las “peligrosas” (lo entrecomillo porque lo son sólo para los organismos de células complejas como nosotros; en sí no son ni buenas ni malas, sólo son), las que van a tope, porque al chocar con otros átomos pueden arrancarle algún electrón. Esto hace que el átomo contra el que han chocado deje de tener la misma cantidad de protones y de electrones, y por tanto tenga una carga eléctrica (y estará en su naturaleza recuperar ese electrón que le falta como sea para volver a estabilizar su carga). Estos átomos puteadillos son llamados iones, como los que dispara aquí mi primo el del pueblo en la foto. Si de todos los millones de átomos de los que se componen nuestras células una cantidad significativa se convierten en iones, la célula se va a quedar hecha un higo y va a empezar a funcionar mal (esto es, de un modo MUY simple, el por qué de la relación entre radiación y cáncer). Recordad: sólo la radiación que transporta MUCHA energía es ionizante, y hace falta que sean MUCHAS de estas partículas roba-electrones las que incidan de forma MUY concentrada en un grupo de células concretas para poder dañarlas.

Existe otro modo en el que un átomo puede expulsar esta radiación. Cuando en su núcleo se acumulan más neutrones (y otras cosas) de los necesarios para ser estable, el átomo
se pone ternesco. ¿Y cómo hace para quitarse esas antiestéticas cartucheras cuando su peso empieza a ser excesivo? Pues sudando la panceta. Irradia. (Y lo hace en lapsos de tiempo curiosamente regulares, un reloj natural de aplicaciones evidentes del que podemos hablar en otro post). A estos átomos rellenitos se les llama isótopos. El hidrógeno, que es el elemento que, junto con el helio, conforma el 99% de la materia del universo, es el átomo más simple de todos: un protón y su simpático electrón rondándole. Si al núcleo se le añade un neutrón se convierte en un isótopo (deuterio) más pesado y un poquito más inestable. Si le añadimos otro neutrón más (tritio) la cosa ya se pone más chunga y se vuelve radiactivo. Afortunadamente el hidrógeno es un tipo muy dinámico y le bastan once días para volver a ponerse en forma. Todos estos isótopos, pese a ser más inestables, mantienen sus propiedades químicas. Es decir, se puede obtener agua (H2O) con dos isótopos de hidrógeno y una de oxígeno (con deuterio se hace la comúnmente llamada "agua pesada").

¿Y qué relación tienen los famosos isótopos radiactivos con las plantas nucleares? Pues se usan, no porque sean radiactivos, sino porque son inestables y son fáciles de romper. Fáciles de fisionar. Además, al romperse el átomo, todo ese sobrepeso del isótopo contribuye a que las partículas subatómicas resultantes del garrapiñazo sean más numerosas y más enérgicas. Lo que nos lleva a la siguiente cuestión: el átomo que mayor energía liberará a la hora de romperlo, será el más pesado, longevo y a la vez inestable. Al contrario del hidrógeno, el más pequeño y simple de los átomos, el ideal para conseguir esto es el átomo más gordo y con mayor variedad de isótopos encontrado en la tabla periódica. El uranio.

El uranio se encuentra de forma natural en la Tierra en varios de sus isótopos. El que nos interesa para nuestras centrales nucleares es el que tiene 235 (creo) partículas en su núcleo, porque su estructura hace que con sólo añadirle un neutrón más se desintegre, descomponiéndose en Paladio, Kriptón, Xenón, y otras cosas con nombres igualmente pintorescos. Dependiendo en qué se descomponga el Uranio235 la reacción irradia muchas cosas, entre ellas de uno a siete neutrones que tienen todas las probabilidades de espachurrarse contra otro núcleo de Uranio285 y vuelta a empezar. Es una reacción en cadena terriblemente violenta de la que desprende una cantidad increíble de energía, que en las centrales nucleares se usa para alimentar una turbina de vapor.

Evidentemente, la energía que usamos para hacer que unos cuantos neutrones kamikazes se estrellen a granel contra las barras de combustible de uranio y empezar así la reacción en cadena es insignificante en comparación con la cantidad de energía que se obtiene a cambio. Pero, con el tiempo, el uranio empieza a transformarse en esos otros materiales resultantes de la fisión, cada vez se vuelve menos activo, hasta que se reemplaza por nuevas barras puras. Y, ya digo, no un uranio cualquiera: tiene que ser el isótopo Uranio235, que existe de forma natural mezclado con el resto del Uranio, y se obtiene centrifugando el uranio extraído de las minas. El isótopo de uranio más pesado se separa del más ligero al centrifugarlo. Pese a que uno pueda imaginarse la lavadora de su casa, estamos hablando de centrifugar un metal actínido a nivel atómico, y no unos calcetines de agüita del grifo con ariel: es un proceso tecnológicamente complejísimo y muy costoso. Además, esto no fabrica el Uranio235, sólo lo separa. Es decir, el Uranio no es ilimitado. Y el isótopo 235 menos aún, ya que representa un porcentaje ínfimo.

Ahdmadi, tronco, ¿tú estás seguro que la arielita se usa así?

Separo aquí el post en partes, que me está quedando bastante gordito. La semana que viene terminaré de explicar, no solo cómo, sino también por qué funcionan las centrales nucleares, y abordaré el caso concreto de Fukushima y me hartaré de dar hostias a la raza humana.