Decía la otra noche Stephen Colbert en su twitter que lo más jodido de haber mandado a los Navy Seals de la marina americana a neutralizar a Bin Laden debió ser inundar previamente el complejo. Es lo más coherente que he leído al respecto hasta la fecha.
Vivimos en tiempos extraños. Necesitamos un segundo renacimiento, una nueva era de humanismo ilustrado, pero lo único que conseguimos es Champions League. Yo, y hasta cierto punto, me alegro de que Bin Laden no esté en el mundo. Hasta cierto punto.
Tonto no soy, pero tampoco soy un experto. No poseo un sistema (en su acepción de ejercicio prácico físico y matemático) como para poder decir con autoridad a qué equivale X. Y alucino viendo que en la televisión cada uno lo tiene clarísimo. Clarísimo y a voces, además.
Más de una vez me han llamado ingénuo por tener mis valores y principios. Bueno, son importantes para mí, prácticamente es lo único que tengo y me define, y me debo a ellos por fidelidad conmigo mismo y mi sentido de la moral y la ciudadanía (voy a evitar en la medida de lo posible volver a usar la palabra "democracia" en lo que me queda de vida, por aquello de que mi madre de niño me enseñó que coger las cosas sucias del suelo es una guarrería). Eso no quiere decir que los cumpla siempre, y cuando no lo hago sé que va a tener consecuencias.
He intentado ponerme en el lugar de Obama y, suponiendo que toda la información que nos han dado es más o menos correcta, intentar averiguar cómo habría actuado yo si supiese con una certeza del 80% que el hombre más buscado del planeta está en una casa aislada en un país extranjero.
Repito que no soy un experto. Pero, primeramente, pensaría en las alternativas y consecuencias políticas. Si fuese un puro juego de rol en el que yo fuese otra persona indefinida, probablemente habría hablado tras la operación con el primer ministro de Pakistán. -Oye, tigre. Que hemos encontrado a Bin Laden en tu jardín y le hemos dado matarile. ¿Qué te parece si te evitamos la investigación interna, nos hacemos una foto, y le decimos al mundo que en una operación conjunta impecable por tu parte te hemos asesorado en su neutralización?
Sí, no se adaptaría mucho ni a mis valores ni a mis principios, pero hablamos de la Casa Blanca, un sitio donde uno quiere pensar que hay gente medianamente inteligente asesorando al hombre más poderoso del planeta. Incluso mantener su muerte en secreto, o capturarle sin hacerlo público me habría parecido más inteligente. Desde el Lunes pasado, esas dos potencias atómicas -Pakistán e India- vuelven a acumular efectivos militares en su frontera.
Y la ideaca de tirarlo al mar supongo que tan sólo entusiasmará a los homeópatas.
Si realmente fuese yo el presidente Obama, lo tendría jodido. Sopesaría mis principios frente a eliminar al hombre que mató a más de tres mil de mis conciudadanos. Librar al mundo de Bin Laden, o ser fiel a mí mismo. Amén de la prioridad en la agenda política de los EEUU, país al que estaría representando. Es mucha responsabilidad.
Creo que yo habría ordenado matar a Osama Bin Laden. Las consecuencias habrían sido declararme incopetente para gobernar mi país inmediatamente después y, por supuesto, haber devuelto el premio Nobel de la Paz. Y esperar poder recuperar algún día el respeto por mi mismo y poder volver a mirar a los ojos a mi mujer y mis hijas. Y, por supuesto, mandar una mierda por mensajero express a todos aquellos líderes supremos que me felicitaran por semejante gesta. Y a los que aprovechasen la coyuntura para recordarnos que el waterboarding de Bush lava más blanco, sugerirles una vasectomía.
Al menos, Obama es hoy un poco menos negro a los ojos de Donald Trump...
Aprovecho la entrada para pronunciarme también sobre el tema de Bildu, por aquello de la resolución del Constitucional: Si una persona colabora con una banda armada y hay indicios de ello, es imperativa una investigación y un proceso judicial para hacer que esa persona acabe en proceso penal. Si la investigación y el proceso de investigación fallan a su favor, esa persona sigue siendo un ciudadano de pleno derecho.
Si existe un término medio al respecto, primeramente quisiera que me explicaran en qué consiste. De lo contrario, y en caso de que dicho término medio exista, sólo puedo manifestar mi profunda preocupación por la medieval perspectiva legal del asunto, y exijo a mis representantes que lo enmienden con prioridad absoluta.
Al márgen de esto, y como tampoco aquí soy ningún experto, me gustaría decir con la boca pequeña y la humildad del que intenta razonar antes de decir nada, que jamás en mi vida votaré a un partido nacionalista (de cualquier escala y magnitud salvo la mundial), pero que es una opción ideológica y política legítima. Dejar sin opción electoral y de representación libre a medio millón de vascos me parece una irresponsabilidad, un dar palos al avispero y, sobre todo -y lo más indignante-, una tonelada más de mierda dejada caer alegremente sobre esa "democracia" en la que cada día es más difícil creer.
3 comentarios:
Hay días que da gusto leerte...pero te falta una m en "incopetente"....ya sabes..por meter un poco la puyita.
Cuánta razón ...
Yo manifesté algo parecido en otro blog y alguien me contestó que volviera a Oz por el camino de baldosas amarillas ... y me tocó las narices porque no se trata de idealismo, ni de ingenuidad ... es simple sentido común.
Obama ha dicho que solo tenía un 55% de seguridad de saber que realmente Bin estuviera allí.De todos modos ¿que esperamos de un hombre que aceptó un premio Nobel?.
Publicar un comentario